Empezamos el curso con todo lo que debes conocer y tener en cuanta a la hora de fotografiar con humo. Para desarrollar una sesión de desnudo y más concretamente jugando con la parte creativa del humo, necesitamos como premisa base pensar qué queremos contar o transmitir. Esa idea o concepto será arropado por el humo para reducir la información en escena, crear un ambiente más dramático o, por el contrario, destacar por encima del resto al sujeto, ya que su figura puede contrastar por lo “lisa” que es en contraposición a la textura y humo que generemos en el fondo o alrededor de él.
Utilizaremos una máquina de humo estándar con una densidad del líquido media. Existen otras dos más (ligera y densa) e incluso un aerosol que nos permite en pocos segundos tener el humo necesario. Elegir uno u otro dependerá de la idea a desarrollar y sobre todo del espacio donde nos encontremos, ya que si es muy abierto y ventilado, lo perderemos rápidamente, mientras que en espacios más angostos debemos tener cuidado para no perder excesivamente el contraste de la fotografía al no poder ventilar correctamente.
Cuanto mayor cantidad de metros cúbicos tengamos, más podemos estar tranquilos respecto a la falta de contraste, ya que tardaremos más intentos en llenar el espacio con humo. Es por esto que una buena ventilación (utilizando ventiladores o un reflector 5 en 1 para poder desalojar el humo) es primordial a la hora de hacer este tipo de sesiones. Con estas consideraciones, a la hora de fotografiar con humo solo queda mostrarte en los próximos capítulos las diferentes ideas y esquemas de iluminación que acompañan a cada una de las sesiones reales.
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